"Anoche soñé contigo": advertencia espiritual sobre los riesgos de compartir tus sueños 1p686s
“Anoche soñé contigo” es una de esas frases que escuchamos con frecuencia, pero pocas veces nos detenemos a pensar en el poder oculto detrás de los sueños. 47x5e
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En el programa Ponte al Día, según Patricia Jurado, instructora de Kabbalah, compartir lo que soñamos no siempre es inocente ni recomendable, especialmente si se trata de sueños intensos, extraños o repetitivos.
Desde la óptica espiritual, los sueños funcionan como un canal entre dimensiones elevadas y el mundo físico. Aunque ya no vivimos en la era de los sueños proféticos, algunos pueden contener mensajes simbólicos, alertas o incluso respuestas emocionales a lo que vivimos en el día. Sin embargo, contar lo que sueñas puede distorsionar o desviar su mensaje.
“Si tuviste un sueño bueno o malo, lo mejor es no contarlo … El que escucha tu sueño tiene el poder de darle forma, de potenciar su energía, ya sea para bien o para mal”, afirma Jurado.
La Kabbalah enseña que los sueños no son necesariamente literales. Por ejemplo, soñar con serpientes no significa peligro: en términos simbólicos, las culebras pueden representar prosperidad, especialmente si son de colores dorados o amarillos.
Lo verdaderamente importante es cómo te sientes al despertar: miedo, alivio, alegría o inquietud pueden ser señales más potentes que las imágenes del sueño.
Además, la tradición cabalística considera el sueño como una limpieza espiritual. Mientras dormimos, el alma se eleva, se libera de emociones acumuladas y se conecta con planos sutiles. Por eso, muchas veces soñar no es más que una forma del cuerpo y el alma de equilibrarse internamente.
Pero si decides contar un sueño, ya sea por entusiasmo o por preocupación, hazlo con alguien espiritual, amoroso y sin envidia hacia ti.
Patricia enfatiza que la intención y la energía del oyente pueden modificar el curso del sueño, ya sea bloqueando su cumplimiento o amplificando lo negativo.
No todo lo que sueñas debe hacerse público. Hay sueños que son semillas energéticas y compartirlos prematuramente puede evitar que florezcan. Guardar silencio, observar tus emociones y rodearte de personas con buena energía podría ser la diferencia entre una revelación espiritual y una interferencia emocional.
En tiempos donde la espiritualidad gana espacio en la vida cotidiana, prestar atención a lo que soñamos y a cómo lo compartimos puede ser más importante de lo que imaginamos.