Monja brasileña considerada "la mujer más anciana del mundo" falleció a sus 116 años de edad 4l4s1y

La persona más anciana del mundo, la monja brasileña Inah Canabarro Lucas, falleció este miércoles a sus 116 años, anunció la Congregación de las Hermanas Teresianas con quienes residía en la ciudad de Porto Alegre. 274a2k
Nacida el 8 de junio de 1908, Canabarro fue reconocida como la decana de la humanidad luego de la muerte en enero de la japonesa Tomiko Itooka, también a los 116 años, según el grupo de investigación gerontológica de Estados Unidos (GRG) y LongeviQuest.
"En el día de hoy, que la resurrección abrace a la Hermana Inah Canabarro, damos gracias por la entrega y dedicación, pedimos que el Señor, Padre de bondad, la reciba y la acoja en su infinito amor", dijo en una nota la Congregación de las Hermanas Teresianas de Brasil.
Pese a que se conocía que su fecha de nacimiento fue el 27 de mayo de 1908, "su fecha de nacimiento documentada según los registros es 8 de junio de 1908", indicó el director de GRG, Robert Young.
Canabarro nació en la ciudad de San Francisco de Asís, en el estado de Rio Grande do Sul (sur) y a sus 16 años inició su vida religiosa en una escuela de las teresianas en Santana do Livramento, en la frontera con Uruguay, antes de vivir brevemente en Montevideo.
Fue ordenada monja a los 26 años y tuvo una larga carrera de servicio religioso como profesora y secretaria.
En 2018, con cerca de 110 años, recibió la bendición apostólica del papa Francisco, fallecido el 21 de abril a los 88 años.
De esta manera, Inah Canabarro Lucas es la segunda monja más longeva de la historia, después de la sa Lucile Randon, que vivió hasta los 118 años.
Sor André, en el último tramo de su vida ciega y en silla de ruedas, no escondía desde hacía algunos años cierto cansancio y confesaba que su deseo era "morir pronto".
Nacida en el seno de una familia protestante no practicante, la religiosa tomó los hábitos tardíamente, en la congregación de las Hijas de la Caridad, y trabajó hasta finales de los años 1970.
Pero luego siguió ocupándose de otros jubilados, más jóvenes que ella.
"Se dice que el trabajo mata, pero a mi es el trabajo el que me hace vivir, pues trabajé hasta los 108 años", sostuvo en aquella ocasión la religiosa.